
Hace unos días observé con espanto, también asombro, un artículo colgado por multitud de ciclistas en redes sociales.
El medio desde donde se propaga la doctrina, relativamente desconocido, posiblemente local, se hace llamar ElFielato.es y El Nora.
El artículo, firmado por el señor Borja reza de la siguiente:
La polvareda que genera el artículo, dispara reclamos, alegaciones y respuestas de todo tipo, unas más acertadas que otras.
Contabilicé justo después de vomitar, 21 insultos. No he tenido el placer de conocer el esplendor de la carrera periodística de Don Borja, aunque poner en duda su capacidad, conocimiento, formación o experiencia no me corresponde y además de injusto sería de muy mala educación y eso es algo que los ciclistas protegemos con esmero, incluso en ocasiones más que nuestra propia bici.
La polvareda que genera el artículo, dispara reclamos, alegaciones, respuestas de todo tipo, unas más acertadas que otras. Pero Don Borja, se permitió licencia de réplica en su turno, contestando lo siguiente:
” Muchas gracias. Si vuelve a leer el texto se dará cuenta que escribo insultando intencionadamente, para que la gente lo leyera muy enfadada y se comentara lo que escribo (“quien se habrá creido este imbécil, gilipoyas que le den por el culo” dirán muchos de los lectores), no en base a lo que digo, sino que el gancho fuera el insulto.(Lamentable)
Cierto, denoto una educación deplorable, pero no es menos cierto, que escribo intencionadamente. Y, a la vista de la cantidad de WAS y llamadas y mails todos del mismo estilo que el suyo, lo debí de conseguir. El caso era llamar la atención. Esto mismo de las luces en la bicis lo escribí a lo largo de XX años sin ningún éxito, nadie lo leía. Ahora vaya si lo leyeron.
Una cosa es leer y otra interpretar y, si lo vuelve a hacer fíjjese que escribo “empleo el insulto a conciencia”, porque lo que pretendía creo que está conseguido. Ahora vendrá la segunda parte, que en su día se la comentaré gustosamente. Pero esa segunda parte vendrá determinada por el número de ciclistas que pongan la luz delantera y trasera.
Supongo que muy pocos, pero yo al menos lo intento con una técnica periodística brutal, posible detonante de sus carta.
Borja
Nota: respondo educadamente a los muchos mails que recibo e intento explicarme. Insisto en pedirle disculpas, el insulto no es el camino.”
Es por ello, que no me queda más remedio que mojarme las zapatillas de barro, el malliot y el culotte, para escribirle a Don Borja lo siguiente:
Estimado Don Borja,
Recurrir a insultos y descalificaciones para atraer la atención de un contenido periodístico, sea cual sea su temática, está totalmente penalizado por su gremio, por los doctores en la materia con recia aptitud. En ocasiones me cuesta reconocer a los licenciados jornaleros de la palabra, entre tanta mediocridad, que tanto daño de por sí, ya le hace a esta digna profesión.
Nuestra lengua, enriquecida con ahínco desde la época de San Juan de la Cruz, Becquer, Gongorá, Cervantes o Lope de Vega, hasta nuestro tiempo, contiene la riqueza necesaria, como para poder comunicar con suficiente intensidad, potencia y honor, todo aquello que su cerebro o el mío, sean capaces de alcanzar.
Don Borja, yo llevo luz delantera blanca, trasera roja, además también he incluido un avance tecnológico de última generación, baterías, que permite a las luces destellos intermitentes y pronunciados. Todo un logro.
La comunidad ciclista le agradece de corazón si en su intención, se desprende consejo, recomendación o advertencia, ya que somos conscientes de la realidad que nos rodea, nos amenaza y de la que somos víctimas.
Pero me hubiese encantado conocerle, autor de un contenido modélico para periodistas, ciclistas, deportistas en general, sin tener que recurrir al insulto, el desprecio, la humillación como herramientas para llamar la atención. Para “viralizar” su mensaje, para obtener la gloria de un alcance en número de pantallas vista, reproducciones o denuncias. Incluso la fama de manera temporal por tan repugnante contenido, que usted mismo rechaza.
Tenga en cuenta que en estos tiempos donde la conectividad de herramientas digitales es inmediata, un mensaje puede llegar a cualquier parte del mundo, en un solo click. Puede pensar que sus clientes, consumidores necesitados de palabras ordenadas y coherentes, requieran de tan superficial texto, embadurnado de palabras necias.
Acepto sus disculpas tuneadas en otro foro, donde la atención es menor, pero como consecuencia de los hechos, usted se aprovecha de un problema que acecha a un colectivo y que radica en una educación vial más profunda, sin una adaptación de medios que por ejemplo si hicieron países como: Holanda, China, Suecia, Dinamarca, Inglaterra, donde la bicicleta es un medio de transporte aceptado por la sociedad y el número de víctimas no tiene relación proporcional con las que se arrojan en nuestro territorio.
Por lo que obvió en su relato, que las sociedades evolucionan, cambian y deben vivir en adaptación constante. Claro que quienes están afanados en desgobernarnos, tienen otras prioridades más jugosas para sus intereses y a lo mejor es eso lo que se le olvidó…
Le invito a montar en bici el día que más le guste, en una carreta secundaria con poco tráfico, con su luz delantera blanca y la trasera de color rojo. Para comentar después su experiencia…
Un abrazo de meta Don Borja.
PD: según la Rae.
sinvergüenza
1. adj. Pícaro, bribón. U. t. c. s.
2. adj. Dicho de una persona: Que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades. U. t. c. s.
3. f. Perú. Desfachatez, falta de vergüenza.
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