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El mejor gimnasio está en tu cabeza

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Soy usuario habitual de gimnasios, pero el mejor de todos, está en tu cabeza.

Sin duda, tener la oportunidad de visitar el gimnasio algunos días a la semana, es un lujo, un apoyo importante para trabajar de manera específica aquellos grupos musculares que precises.

También se socializa, se aprende de los demás, se obtiene información rica de experiencias, incluso de la rancia disciplina de quienes llevan años sin faltar un solo día a su compromiso con su cuerpo.

Tomar la decisión de en qué gimnasio inscribirte, suele ser habitual en estas fechas, sobre todo en Europa, cuando coincide con el nuevo curso escolar.

El mes de septiembre es el momento del año en el que más altas se producen en los gimnasios.

Es interesante analizar este dato, quizás nos indica lo volátiles que nos hace una oferta comercial, sin que en el fondo tengamos claro qué queremos conseguir, en cuánto tiempo y qué estoy dispuesto hacer para conseguirlo. Lo que se viene conociendo en el argot popular como tener las cosas claras.

Por eso propongo que antes de dar el paso para ir al gimnasio, es preciso que establezcas una serie de preguntas:

  • Cuál es tu objetivo.
  • Argumenta que quieres conseguir.
  • Piensa y organiza de cuantos días a la semana podrás disponer.
  • Organiza tus horarios para hacerlos compatibles con tus obligaciones.
  • Establece pequeños objetivos, que puedas cumplir en pocas sesiones de entrenamiento.
  • No esperes resultados visibles los tres primeros meses.
  • Organiza tus comidas y periodos de descanso, en referencia a los horarios de tu mundo, de tu vida.
  • Mantente motivado ante cualquier enfermedad o circunstancia, que te impida ir al gimnasio durante unos días.
  • Trata de compaginarlo con actividades al aire libre.

Combina el gimnasio con actividades al aire libre y supera tus objetivos con mayor facilidad

Hay quien prefiere establecer en el gimnasio su lugar prioritario de trabajo físico. Yo lo prefiero al revés, me gustan más mis actividades al aire libre y solo voy al gimnasio para hacer trabajos específicos, fortalecer zonas concretas o trabajar la recuperación de pequeñas lesiones. Hay que ser disciplinado y consecuente con las decisiones, ya que de nada te servirá comenzar hoy una rutina, que no se mantiene en el tiempo más allá de 4 semanas.

En ocasiones he oído que alguien se inscribía en un gimnasio porque sus amigos lo habían hecho, sin más motivación que la compañía social, que el refuerzo de estar con sus amigos.

Creo que lo ideal en todos los casos, es tener claro qué queremos conseguir yendo a un gimnasio, porque si lo que realmente quieres es iniciarte en cualquier actividad deportiva, puedes hacerlo al aire libre, dar los primeros pasos por tu cuenta, establecer ciertas rutinas, disciplinar un horario una serie de días a la semana.

A lo mejor el gimnasio es un complemento y no la única opción.

A lo mejor debes saber, que nada te hará cambiar si realmente tu no provocas el cambio.

A lo mejor el mejor gimnasio del mundo, ya está en tu cabeza.