
Llevas una vida saludable, entrenas con moderación, comes bien y cuidas tu dieta. Las horas de descanso forman parte de tu religión. No te excedes con el alcohol y tampoco trasnochas sin control. Pero cada vez te cuesta más recuperar, sientes molestias casi a diario, pequeñas contracturas te acompañan fielmente.
Incluso cuando estás en el sofá, en posición total de semi-muerte en vida, notas la incomodidad de un musculo desorientado, una sensación de debilidad. Tu físico te cuida como tu madre, tu rutina revisada de arriba abajo. No encuentras la explicación. Te preguntas: ¿Me estaré haciendo mayor?, ¿serán los síntomas de la edad?, ¿qué me está pasando? El sistema músculo-esquelético puede verse afectado por un problema bucal como puede ser la maloclusión.
Un problema sencillo de detectar y que, con un tratamiento adecuado, se puede solucionar eficazmente. Este problema bucal provoca que la parte superior e inferior de nuestra mandíbula no encajen, lo que afecta directamente a la columna vertebral pues se produce una desviación cervical y de sacro, al cargar más peso en un lado que en otro. Esto equivale a un alto porcentaje de contracturas, lesiones de tobillo o rodilla.
Esto le ocurre en muchos deportistas que luego son propensos a lesiones musculares de forma frecuente e incluso a lesiones crónicas. En muchas ocasiones, diversos problemas musculares pueden llegar a solucionarse con ortodoncia. Es fundamental detectar esto a tiempo para así evitar que muchas lesiones puedan ir a más.
Además, otros problemas como la caries o la gingivitis también afectan, al ir liberando diversas bacterias en la sangre que pueden incrementar el riesgo de una lesión muscular. Por eso, es importante tener una salud dental a prueba de bombas. Un porcentaje muy alto de la población no es consciente de esta situación y busca explicaciones en otras áreas.
Cuida tu boquita, forma parte de tu calidad de vida.