
Esa es la cuestión, ¿hago deporte para tener mejor salud o para obtener un mejor rendimiento? Hay una gran diferencia entre ambas cosas y como siempre el equilibrio, en el punto más complejo. Hace unos días, mientras me vestía en el gimnasio, un compañero de sudores aireaba sus zapatillas de baño con el secador de pelo, no soporto esta moda de hacer semejante barbaridad con el secador de pelo, me pregunto todos los días si en su casa también lo hace. O sólo se comportan como un imbécil cuando los demás le miran, que también es muy posible.
La cuestión es que en ese momento, otro “compi” iniciaba una conversación con el señor que utiliza el secador de pelo, en la que comentaban sus objetivos deportivos, retos, carreras, entrenamientos al límite y cosas por el estilo. Con los culos y otras cosas al aire. Conversaciones de ducha en el gym, ya saben. A saber de lo que hablan las mujeres en el suyo.
En un momento concreto uno le preguntaba al del secador: ¿Tú qué pretendes viniendo aquí, salud o rendimiento? Fue cuando el secador de pelo, dejó de secar lo que no debe y se hizo el silencio durante unos segundos. Quizás porque necesitaba un momento para componer su respuesta, quizás porque no lo sabía, quizás…
Entonces respondió: “me gustaría que fuesen las dos”. Esa respuesta me dio a entender que probablemente no se lo hubiera planteado hasta ese instante.
Hay quien lo tiene muy claro, hacer deporte pero sin matarse, lo justo para sudar un poquito, quemar unas cuantas calorías y justificarse con el mismo para permitirse comer cosas que le gustan, a lo mejor no son tan saludables, pero ésta puede ser la manera de engañar al cuerpo.
También quien entiende, que una vida saludable se enriquece desde el deporte, equilibrando su organismo con un gasto calórico controlado, que le permite una mejor movilidad, psicomotricidad, ayuda a descansar mejor y a fortalecer el cuerpo.
Cuando la ciencia entra en un campo, lo hace para analizar su comportamiento de una forma analítica, detallada y concisa. Utilizan como herramientas de conformidad, pruebas, diagnósticos y tesis, que afirman las consecuencias mediante protocolos aprobados por especialistas en la materia, científicos, investigadores, estudiantes y consagrados maestros.
Hace aproximadamente 30 años llegaron al mundo del deporte, se encontraron precisamente con esta pregunta, con esta delgada línea que separa el deporte para obtener una salud favorable o el deporte para mejorar un rendimiento.
Está científicamente probado que practicar deporte moderadamente aporta salud. Personas que practican deporte dentro de sus hábitos de vida con regularidad, son menos propensas a sufrir enfermedades, son más felices, viven más tiempo y tienen una mayor capacidad para disfrutar de la vida en cualquiera de sus ámbitos.
Los deportistas que buscan rendimiento, normalmente se relaciona a aquellas personas que viven el deporte como un medio de vida, es decir profesionales. Es importante acentuar que en los últimos años, personas que no viven directamente del deporte, entrenan, viven y compiten al límite, como si también fuesen profesionales. Nadie puede decir, que no sean felices, o que no disfruten de lo que hacen. Entre otras cosas, porque nadie les obliga a realizar los esfuerzos que hacen en su vida cotidiana, para cumplir con sus férreas tablas de entrenamiento y calendarios imposibles, conciliando vida familiar, laboral, etc…
Pero sí es evidente, que el deporte de alta exigencia no es saludable. Es importante saberlo, reconocerlo y no ocultarlo de quienes se asoman por primera vez al mundo competitivo de máxima exigencia.
El deporte se ha convertido en una droga más de nuestra sociedad (bendita droga). De hecho liberar endorfina mediante el deporte, nos genera una gran sensación de satisfacción y placer, casi comparable a la de un orgasmo.
Por otro lado la dopamina es una hormona y neurotransmisor producida por el hipotálamo, una glándula en el cerebro y se encuentra estrechamente relacionada con las actividades que le otorgan goce y placer a una persona, ya sea relacionado con alimentos como el chocolate, o la actividad sexual. Pero además, esta hormona hace que una persona obtenga una sensación de bienestar y/o placer por el deporte. Es decir, esta hormona se ocupa, entre otras cosas, de darle a uno ese goce al practicar deportes.
Por lo que ahora tengo claro, por qué mi “compi” del gym seca sus zapatillas de baño con el secador de pelo: Es un estúpido!!!