
Es muy importante usar un material de calidad cuando hacemos cualquier deporte, pero ¿en qué momento debemos jubilar nuestras zapatillas para correr? Esta decisión es importante, ya que afecta además del rendimiento deportivo, nuestra salud y comodidad.
Correr genera un claro impacto contra la superficie que pisas, resulta imprescindible utilizar una zapatilla específica para esta acción que reúna las prestaciones necesarias para ello, se adapte a nuestras características, tipo de suelo en el que corremos, peso, nivel y tipo de pisada.
Desgraciadamente aún se ve demasiado, gente que se lanza a la aventura de correr con un material que no corresponde con la actividad. Por ejemplo, cuantas veces hamos visto correr a alguien con zapatillas de jugar al futbol, jugar al tenis o de fitness.
Entonces, ¿cuándo debes de cambiar tus zapatillas para correr?
Volviendo al tema, es una evidencia que la tecnología está al servicio de este tipo de materiales, que evolucionan y avanzan a gran velocidad. Esta situación hace que las zapatillas tengan una mayor durabilidad, cuidando especialmente las partes más importantes del pie del corredor, la amortiguación y estabilidad.
También se da el caso en el que zapatillas muy específicas, las conocidas popularmente como “Voladoras”, muy ligeras y con una reducción drástica de elementos estéticos, su vida suele ser menor, ya que son extremadamente sensibles construidas con materiales muy delicados.
Normalmente las zapatillas del runner popular, suelen reunir unas prestaciones duraderas en el tiempo. Por esto mismo es necesario estar alerta del comportamiento del material que empleamos, de nuestras sensaciones y recuperación después de cada entrenamiento, que evalúa de manera muy objetiva, si nuestras zapatillas están en buenas condiciones o no.
Una zapatilla en mal estado, puede provocar lesiones importantes y algunos corredores, no se dan cuenta de que necesitan un cambio hasta que sufren una de estas lesiones.
La vida de una zapatilla depende del número de kilómetros acumulados, el trato recibido, el cuidado, mantenimiento y el tipo de superficie en el que impactan. Una zapatilla de muy alta calidad con un mal uso o trato, no garantiza una durabilidad mayor. Sin embargo, esta misma zapatilla con un trato adecuado, asegura una vida mayor que una zapatilla de menor calidad.
Lo ideal es usar unas zapatillas específicas para cada actividad. Si voy hacer una actividad de senderismo, hacerlo con un material adecuado para ello, si voy hacer carrera por montaña no utilizar un material distinto a la exigencia de este terreno, así sucesivamente.
Si corres varias veces a la semana, se recomienda tener variedad de zapatillas, que se puedan adaptar a los terrenos en los que prácticas, incluso el tipo de ejercicios que haces, (series, rodajes, fuerza, competición).
La variedad puede ofrecerte versatilidad, calidad de entreno y salud que te ofrecen un buen surtido de zapatillas para diferentes momentos, eso puede marca la diferencia.
En cambio, si tus entrenos son esporádicos y de menor intensidad, igualmente te recomendamos un buen material, pero no necesariamente específico, podrías utilizar unas zapatillas más genéricas, multifunción. Aunque recuerda que garantizar una buena protección ante el impacto debería ser el objetivo primario en todos los casos.
Unas zapatillas de buen nivel o de alta gama puede tener una vida optima de entre 600 y 800 km en condiciones de uso normal. Desde entonces los efectos de la degradación puede comenzar a aparecer.
Material de las zapatillas
Es complejo determinar la duración aproximada de una zapatilla, aún teniendo en cuenta todos los factores mencionados con anterioridad. Pero puede ser que el material de entrenamiento tenga una durabilidad y el de competición otra. Debido fundamentalmente a la frecuencia de uso que se hace de ambas. Por otro lado se ha detectado que las zapatillas de entrenamiento son más pesadas y compuestas de materiales más resistentes, por tanto su durabilidad aumenta. Por el contrario, las zapatillas de competición, con un peso muy reducido y máximas prestaciones de velocidad y respuesta al corredor, se definen por una vida normalmente más corta.
Este tipo de material sufre un gran desgaste en media suela y suela.
La media suela con el paso del tiempo y de los kilómetros, perderá absorción de impacto, también espesor de gel y se irá deformando en tamaño y alineación. Por lo que su comportamiento se ve claramente afectado. El desgaste también provoca perdida de agarre y tracción por el rozamiento permanente con la superficie.
Las zapatillas que mayor desgaste sufren son las de trail running, construidas con materiales muy resistentes, son más pesadas y están pensadas para soportar la dureza del medio, aunque precisamente este medio es bastante más agresivo y provocan roturas en menor tiempo.
En definitiva, la idea de que una zapatilla de competición dura menos que una zapatilla de entrenamiento, tiene cierta lógica como consecuencia del material utilizado para su fabricación y su frecuencia de uso.
Consejos para que tus zapatillas duren más:
1. Úsalas sólo para correr.
2. Utiliza otros modelos de zapatillas.
3. Después de un uso, déjalas secar en un lugar fresco, lejos de estufas o radiadores.
4. Sácales la plantilla para evitar la humedad y proliferación de bacterias.
5. No las dejes directamente a la luz del sol ni bajo temperaturas muy frías.
6. No las laves en la lavadora, con un trapo húmedo y un suave cepillado es más que suficiente para mantenerlas a punto.