
La primera imagen que se me vino a la cabeza cuando me invitaron hacer un entrenamiento de Crossfit, fue la de un ex marine norteamericano, sin pensión post guerra de Irak, con 16 cicatrices entre la cara, espalda y pecho. Con ropa de color ocre, la que le sobro de la guerra, sobrino de Arnold Schwarzenegger, que levanta ruedas de tractor por las tardes, antes de merendar bocadillos de ladrillos de hormigón y con cara de muy mala leche.
Sinceramente no recuerdo un deporte al que su propia presentación en medios y redes sociales haya desfavorecido tanto, diría incluso siniestra en algunos casos. Por ello, las diversas opiniones que generan los no usuarios de estas técnicas de entrenamiento.
Soy de los que opinan, que para poder hablar o escribir del asunto, es necesario tener un conocimiento mínimo de la materia en cuestión, me genera interés y curiosidad. Acepto la invitación y realizo dos sesiones de entrenamiento que cambian de forma radical mi manera de ver este deporte basado en entrenamiento cruzado.
Tengo que reconocer, que el profe que dirige la sesión de entrenamiento junto con 4 compañeros más, es un genio, estudioso, minucioso y amante de los detalles. Investigador clínico e incansable de todo tipo de técnicas de entrenamiento, comportamiento, respuesta del cuerpo humano, recuperación y planes específicos. Poca gente en este país, sabe más de esto que D. Carlos Pérez Frías, al frente de Trucker CrossFit Málaga.
El primer día al bajar la escalera de sus instalaciones y entrar en la sala principal, oía de fondo “Enter Sandman” de Metallica. En un rincón la cabeza tractora de un Camión Barreiros, aquellos con motor Pegaso que marcaron una época cuando niño. Huele bien, el trato con los compañeros recién conocidos es amable y cercano, parece que nos conocemos de toda la vida.
Primera sesión
Se centra en trabajar con tu propio peso corporal, ejercitar musculatura y articulaciones con movimientos estratégicos de amplia movilidad y rendimiento. Nada agresivo. No es necesario utilizar maquinaria o aparatos, cuando con movimientos y ejercicios muy concretos se puede hacer un trabajo muy bueno y con gran rentabilidad física. Me sorprende una sensación muy positiva, de trabajo muy agradecido, fácil, para todos los públicos. Tiene su propio vocabulario, ejercicios que tienen un nombre que los usuarios habituales ya conocen. Cuando estoy terminando mi primera sesión, veo entrar por la sala a niños de no más de 15 años, fieles adeptos de estas técnicas, que esperan para comenzar la siguiente sesión.
Una hora es suficiente para generar un consumo en torno a las 500 calorías, sin que sea nada agresivo a mi condición física. Termino muy contento y casi puedo decir, que me quedo con ganas de más…
Segunda sesión
Con otro grupo de compañeros, no coincidí con ninguno de ellos el primer día, pero del mismo sindicato, alegres, educados, simpáticos y amigos. En esta sesión si se utiliza aparatos, pero con un nivel de exigencia bajo, sin grandes pesos ni cargas. La sesión transcurre con un “musicón” de fondo que acompasa cada movimiento, cada acción, cada esfuerzo. Las miradas y risas entre los compañeros después de cada esfuerzo, nos hacen cómplices ante el entrenador, cumplidores obedientes de ordenes amables. No hemos repetido ni uno solo de los ejercicios del primer día.
Por lo que puedo decir, que el Crossfit no es un deporte para “petados”, ni para “freakies”, ni para ex marines norteamericanos amargados por una guerra perdida. Es posible que estés haciendo algún tipo de crossfit al ir de compras al super, o cuando lavas el coche, o incluso cuando tiendes la ropa o limpias tu casa.
Decidido, este año incluyo en mis sesiones de entrenamiento, el Crossfit, como complemento en prevención de lesiones, recuperación y refuerzo muscular.
Es posible que el Crossfit haya penetrado en tu vida sin saberlo, porque en ocasiones de lo desconocido generamos ignorancia y de la ignorancia, imágenes que en nada tienen que ver con la realidad, cuando ésta es mucho más bella y gratificante que la propia sensación de sentirse genial.