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5 motivos para caminar por la playa

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Me encanta caminar por la playa, me da igual si es verano o invierno, si hace más frío o calor. Ese contacto directo con la arena, quizás también con el agua que enriquece mis sentidos, cargo mi batería de paz al oír las olas del mar, reseteo mi mente contaminada de una semana llena de actividad.

Debes saber los grandes beneficios que alcanzamos con esta actividad. No solo los mentales, que son más que evidentes nada más pensarlo, también los físicos, que te agradece tu propio cuerpo, ese del que tenemos que ocuparnos mucho más de lo que creemos…  porque lamentarse por ello, suele ser un ejercicio que siempre llega tarde.

Es posible que tengas un perro o un gato, te preocupes de sus cuidados más escrupulosos, de hacerle la vida más cómoda y feliz, pero te hago una pregunta, ¿cuánto tiempo te dedicas a ti mismo? Hazlo aunque sea después de cuidar a tu mascota.

Beneficios de caminar por la playa

 1. Trabajo muscular

Andar por la arena conlleva un trabajo muscular de cierta exigencia, ayuda a tonificar la musculatura, fundamentalmente del tren inferior, pero ayuda también a ejercer articulaciones superiores, debido a que la acción de caminar sobre la arena, conlleva un mayor esfuerzo.

Un paseo de 30 minutos puede ser óptimo para quemar unas calorías, ejercitar el cuerpo y respirar aire reciclado por un mar u océano, madre de nuestra naturaleza más salvaje.

2. El contacto con el agua del mar

El agua del mar contiene minerales como sodio y yodo, ayuda a endurecer nuestras uñas y piel.

3. El contacto con la arena

Nuestra piel agradecerá esta acción, ya que el roce con la arena se convierte en el mejor exfoliante natural. Un auténtico peeling casero. Incluso la belleza de tus pies y piernas te lo agradecerán.

Al rato de caminar por la orilla, notaremos como nuestros pies estarán más suaves, desprendiéndonos de esa piel muerta que también mudamos periódicamente.

El masaje gratuito que te genera el contacto con la arena en la planta de los pies, activa la circulación venosa y linfática.

Esta es una actividad muy favorable para todo tipo de públicos, pero aún más para aquellas personas propensas a sufrir varices o problemas circulatorios.

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4. Zonas de pisada

Existen diferencias entre caminar por la arena suelta o hacerlo por la arena mojada, esa que se encuentra justo en la orilla, la que está en contacto directo con las olas. Por lo tanto no es lo mismo caminar por la orilla, que alejados de ella. Incluso se recomienda hacerlo dentro del agua durante unos metros, a la altura de la cintura, intercalando esta acción con andar fuera del agua. La musculatura que ejercitamos con esta acción está directamente relacionada con los cuadriles, gemelos, isquiotibilaes y gluteos, toma ya.

Levantar las piernas cuando estamos dentro del agua en cada zancada, es un entrenamiento redondo para nuestras piernas.

5. Relax

Te sumerges en un paseo por la orilla de la playa, sin prisa, a un ritmo que te permita observar el entorno, disfrutar los sentidos, saborear el efecto de una pisada que amortigua la arena mojada.

El contacto de la arena con la planta del pie genera un efecto increíble de relajación, provocando un efecto liberador y anestésico de estrés.

No solemos hacerle demasiado caso en ocasiones, a los beneficios que nos aporta una actividad relajarte. Lo mejor de esta, es que mientras nos estamos relajando, nuestro cuerpo está ejercitándose lo justo como para agradecernos una cerveza a la vuelta.

Un placer como otro cualquiera no, caminar por la playa se parece a pocos placeres, que además sean tan sanos.

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