
Pues eso, que lo llevo haciendo toda la vida y ahora resulta que varios estudios científicos recomiendan lo contrario…
En el cole, los profesores de gimnasia insistían en estirar antes de mover un solo musculo. Después de todos los entrenadores o preparadores físicos que he tenido, me han educado en la misma línea con frases tan peculiares como: “hay que estirar antes muy bien, para no tener agujetas”. Ni una ni otra tenían base científica.
Ahora sabemos que ni estirar antes de entrenar es adecuado, ni haberlo hecho nos inmunizaba contra las agujetas. Cosas que pasan y que no te enteras hasta que lleves años haciéndolo mal. Incluso ahora cuando voy al “gim” con una clase dirigida, el profe insiste, “comencemos con unos estiramientos”, el tío capullo. Hasta los dedos hace que estiremos…
Los especialistas recomendaban comenzar siempre a calentar estirando todo nuestro cuerpo, y especialmente las zonas más implicadas en el ejercicio (por ejemplo, las piernas antes de comenzar a correr). Pero los estudios al respecto de los últimos años desaconsejan esa práctica.
Te damos 5 buenos motivos para estirar en otro momento:
1. Disminuye la fuerza.
Según un estudio publicado por el The Journal of Strength Conditioning and Investigation, estirar justo antes de una sesión de pesas disminuye los niveles de fuerza. Y una revisión de 104 estudios anteriores realizada por la Universidad de Zagreb (en Croacia) concluye que un estiramiento estático y mantenido previo al ejercicio puede disminuir el rendimiento de los músculos estirados en más de un 5 %.
2. Reduce la potencia general.
No sólo la fuerza máxima se ve afectada negativamente por un estiramiento previo, la potencia (fuerza explosiva, o en relación al peso, fundamental en deportes de equipo) también puede disminuir más de un 2 % según los científicos croatas.
3. Afecta a la resistencia muscular.
Tampoco está claro el efecto beneficioso de los estiramientos previos a los deportes de resistencia, como la carrera o la bici, en los que en definitiva, se avanza gracias a la acción de las contracciones musculares. Los autores de estudios croatas afirman que los estiramientos mantenidos antes de la actividad disminuyen la capacidad muscular de almacenamiento de energía, clave en el rendimiento en este tipo de disciplinas.
4. No disminuye significativamente el riesgo de lesión.
El estiramiento estático mantenido hace justo lo que esperamos que haga: relaja la musculatura y los tendones que los acompañan. El riesgo de rotura muscular es algo menor, puesto que la musculatura está más elástica, pero aumentan las posibilidades de lesiones articulares y ligamentosas, puesto que nuestras reacciones son más lentas después de estirar de este modo. Por lo que la musculatura tardará unos minutos en tensarse para aportar un rendimiento óptimo.
5. Corres el riesgo de lesionarte antes de comenzar a entrenar.
Si estiras a modo de calentamiento, tu musculatura se ve sometida en frío a un estiramiento intenso que puede causarte una rotura muscular sin haber comenzado siquiera a activarse.
Pues eso, teniendo en cuenta los estudios que desaconsejan el estiramiento previo a una actividad, tomo nota del asunto. Quizás se ha confundido durante mucho tiempo, estirar con calentar, que sí es muy recomendable y útil. Es mucho mejor entrar en calor con una actividad ligera. Después podemos realizar movimientos amplios de calentamiento que impliquen estiramiento dinámico.
Reserva los estiramientos estáticos mantenidos para sesiones específicas de mejora de la flexibilidad. Planifica bien estas actividades y no abuses de ellas.